Caelum Albus

Un lugar donde ver, pensar, reflexionar, compartir, y sobre todo, creer...

miércoles, 23 de marzo de 2011

Copenhague



Él corría, nunca le enseñaron a andar, se fue,


tras luces pálidas

Ella huía de espejismos y horas de mar

Aeropouertos unos vienen otros

se van igual que Alicias en ciudad

El valor para marcharse el miedo a llegar.



Llueve en el canal la corriente

enseña el camino hacia el mar

Todos duermen ya

Dejarse llevar suena demasiado bien

Jugar al azar

Nunca saber donde puedes terminar o empezar



Un instante mientaras los turistas se van

Un tren de madrugada consiguió

trazar la frontera entre siempre o jamás



Llueve en el canal la corriente

enseña el camino hacia el mar

Todos duermen ya

Dejarse llevar suena demasido bien

Jugar al azar

Nunca saber donde puedes terminar o empezar

o empezar



Ella duerme tras el vendabal

se quitó la ropa sueña con desperta
en otro tiempo y en otra ciudad

Dejarse llevar

Suena demasiado bien

Jugar al azar nunca saber

donde puedes terminar o empezar

terminar o empezar

terminar o empezar....




Sencillamente increíble. Todos planeamos infinidad de cosas durante toda nuestra vida. Una vida planeada y organizada, sin demasiados quebraderos de cabeza. Donde todo estuviera programado y no tuvieramos más que acatar la agenda prevista... Nos ahorraría eso muchos disgustos, sí, ¿Pero sería acaso vivir eso que nos queda?

lunes, 21 de marzo de 2011

Primavera

A veces basta con una simple mirada atrás para darte cuenta de lo mucho que has cambiado, y lo poco. Todo a la vez.
Simplemente tienes que cerrar los ojos, y recordar. Siendo un niño, salir despreocupadamente a la calle. Sentir la naturaleza, el tacto de las cosas, los olores, el frío al caer la noche.. Sentirte mayor cuando pasabas más tiempo de lo permitido fuera, y te arriesgabas a una regañina. Sentirte parte de algo grande, cuando construías algo juntos a tus amigos, en aquella calle apartada del mundo durante una tarde larga de viernes. La emoción al ver pasar los días. Las estaciones, los meses, y los años.
Notar el viento frío de la tarde, la tierra húmeda cuando te ibas fuera con aquellos compañeros a los que no importaba que lloviera o helara para llamarte a casa.
Agradecer esos pequeños detalles, como una excursión y la tarde anterior cuando puedes perder el tiempo sintiéndote bien, y sin apenas acordarte. O una visita inesperada de algún amigo una tarde que tienes cosas que hacer, y tú, sin darle muchas vueltas, lo dejas todo para pasar ese rato.
Cuando recuerdas esos momentos especiales con tu familia, y tu ilusión por cada nuevo descubrimiento, por cada nuevo lugar visitado, por cada pequeña excursión en coche a un pequeño pueblo, que te hace sentir muy vivo, feliz, protegido.. Y quieres que esa sensación no se vaya nunca.

Y es que pasa el tiempo, cada vez más rápido. Ves cómo creces, te haces mayor. Y cambian muchas cosas. Muchos cambios te gustan, pero otros dan un poco de miedo.
Porque siendo mayor sientes cosas que no habías sentido antes, o quizás sí, pero no le habías dado tanta importancia como hasta ahora: inseguridad, indecisión, problemas aparentemente sin solución, muchos quebraderos de cabeza y llantos por problemas tuyos y de otros pero que te afectarán mucho, porque los sientes propios...

Aunque también quedan otros buenos, y muchos de ellos han permanecido intactos durante ese tiempo en el que te sentías algo mal... Y florecen la mayoría de ellos, igual que muchas flores ahora en primavera como la ilusión, el disfrutar de las cosas nuevas que descubres, de los pequeños detalles que te alegran y te hacen sonreir como cuando eras un niño.

Y cuando sonríes y lo piensas dos veces lo recuerdas todo, y sonríes con más fuerza.