Caelum Albus

Un lugar donde ver, pensar, reflexionar, compartir, y sobre todo, creer...

lunes, 10 de mayo de 2010

La semana avanzaba rápido. Podía tocar el viernes casi con los dedos. Los apuntes de varias asignaturas se amontonaban en mi escritorio, al igual que dentro de mi cabeza. Pasado un buen rato mis sentidos empezaron a quejarse, así que decidí darme un descanso y salir a la calle.
Hacía mucho frío, pero me serviría para despejarme. Caminé con las manos en los bolsillos y la boca cerrada, y al poco tiempo me sentí tranquilo y en calma.
Pasaron los minutos y seguía andando, sin ningún rumbo fijo. La ciudad en la que vivía bullía de actividad: Hombres y mujeres ajetreados me echaban un rápido vistazo para poco después volver a fijarse en su camino.

Una voz llamó mi atención. Alguien pronunciaba mi nombre.

Me giré, pero no vi a nadie. Seguí mi camino.

Volvieron a llamarme.

Esta vez sí que la ví. Una mujer mayor al otro lado de la calle me miraba muy fijamente. Me resultaba familiar. Crucé sin problemas y me puse a su lado.

-¿Disculpe, me ha llamado?

-La mujer seguía mirándome, y dijo en voz baja:

-No hijo, pero me gustaría. Y se fue.

Me sentí muy confundido... Y decidí volver a casa.

Cuando llegué mi madre me dijo desde el salón:

-Hola hijo, han preguntado por tí.

-¿Quién?

-No lo sé, una mujer mayor llamó por teléfono.

-Una mujer mayor.- ahora sí que estaba perplejo- ¿dijo algo?

-Pues no, colgó al saber que no estabas. ¿Sabes quién era?

-No..

Subí a mi habitación y encendí el ordenador. Había recibido un mensaje privado hacía unos minutos. Decía: "Te veo en media hora en la misma calle donde estuviste"

Pero... ¿Qué era eso? No reconocí la dirección desde la que me llegó le mensaje... Pensé que sería algún conocido que querría verme, así que decidí acudir a aquella inesperada cita.

Volví a salir a la calle y el frío me recibió más duramente que la primera vez. Incluso me lloraban los ojos, aunque caminé decidido.

Llegué y miré el reloj: Habían pasado veinte minutos. Esperé.

Uno, dos, tres, cuatro... Los minutos pasaban rápidamente. Había pasado mucho tiempo. Decidí irme.

Pero justo cuando empecé a andar un gritó llamó mi atención.

Era un niño cruzando la carretera en busca de una pelota. Y aquella carretera estaba atestada de coches.

No me lo pensé dos veces y rápidamente crucé para intentar cogerlo y apartarlo de allí, antes de que pudiera ocurrir algo.

Y por suerte nada ocurrió. Lo agarré y lo llevé a la acera, lejos de cualquier peligro. Hablé con el niño, que no hablaba, simplemente me sonreía.

De repente llegó una chica sollozando. Tenía mi edad, más o menos, y sus ojos azules preciosos tomaron contacto con los míos.

-Muchísimas gracias, de verdad. Me distraje un momento y mi hermano se marchó jugando... Cuánto miedo he pasado...

-Ehh... No hay de que. Y no te preocupes, todo va bien ya- le sonreí

-Muchísimas gracias. Me suena haberte visto por la ciudad alguna que otra vez, ¿a qué instituto vas?- dijo. Se le cayó una carpeta llena de apuntes, con seguridad había más que en mi habitación.

Me agaché para ayudarla, y mi sorpresa fue enorme al ver una foto entre sus folios: Era la señora mayor que me llamó la otra vez en la calle.

-¿Conoces a esta mujer?- le pregunté perplejo.

-Sí, es nuestra abuela. Íbamos a visitarla justo ahora, cuando mi hermano se alejó y apareciste tú... No vive muy lejos de aquí. ¿Te apetece venir con nosotros? Podemos tomar algo después si quieres, es lo menos que puedo hacer después de tu gran ayuda.

-Miré al chico pequeño, esperando que dijera algo. Pero no decía nada, simplemente mantenía una gran sonrisa en su cara.

Comenzamos a caminar juntos, hablando de muchas cosas y muy rápido, era fantástico. Su hermano se limitaba a mirarnos con los ojos brillantes.

El tiempo pasaba... Y seguímos hablando, ella y yo, alegres.

Y olvidé todo lo ocurrido aquel día tan irreal. Olvidé el susto que había pasado con el niño, el mensaje privado extraño y también el frío que hacía ahora en aquella calle, donde había incluso más gente que antes.

Porque pese al color helado que tenían, aquellos ojos azules de la chica desprendían un calor que me hacían sentir bien, muy bien. Y olvidarlo todo.

2 Comentarios:

y de esa manera conoci a mi novia....TE FALTA ESO Y TE LA MARCAS TELA CON LA HISTORIA VECINO!!!
 
Jajajajaj, XD XD XD Pero mi historia no es así... jajaj, o te refieres a la tuya...? :D Un saludo!
 

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